Se cree que aproximadamente una de cada ocho personas en los Estados Unidos sufre de hipersensibilidad de la dentina, pero un gran número de pacientes no habla de estos síntomas con su dentista. En lugar de eso, intentarán automedicarse, tolerar los síntomas o incluso ignorarlos a pesar del impacto que pueden tener en su calidad de vida. Como profesionales de la salud dental, ¿cómo podemos asegurarnos de que nuestros pacientes no sufran en silencio de esta condición tan fácil de tratar?
¿Por qué hay pacientes que no hablan sobre su hipersensibilidad de la dentina?
En primer lugar, es importante entender las múltiples razones por las que sus pacientes podrían no hablar sobre sus síntomas de hipersensibilidad de la dentina. Su paciente podría:
• Sufrir de ansiedad o fobia dental y preocuparse de que hablar de su dolor hará que sean necesarios más tratamientos.
• Creer que el tratamiento es más difícil, invasivo o costoso de lo que en realidad es.
• Creer que la sensibilidad es normal: una consecuencia natural del envejecimiento, por ejemplo.
• No saber que la hipersensibilidad de la dentina se puede tratar.
• Querer salir rápidamente de la consulta.
• Simplemente no pensar en la sensibilidad a menos que se lo pregunten directamente.
Cómo animar a sus pacientes a hablar abiertamente de su hipersensibilidad de la dentina
La comunicación proactiva con sus pacientes es la clave para tirar las barreras, así que tome el mando y ponga el problema de la hipersensibilidad de la dentina en la mesa. Pregúntele a cada paciente si tiene síntomas y preste atención especial a pacientes que tengan ansiedad, ya que tienen una mayor probabilidad de minimizar cualquier problema.
Asegúreles a sus pacientes que el problema de la hipersensibilidad de la dentina se puede solucionar de forma fácil, accesible y nada invasiva. Quizá quiera recomendarles una pasta dental formulada especialmente para este problema cuya efectividad para reducir la hipersensibilidad de la dentina haya sido comprobada en estudios clínicos controlados y aleatorizados.
Tenga en cuenta que sus pacientes podrían usar palabras muy diversas para describir su percepción subjetiva y la manera en que sienten el dolor, lo cual podría influir en la manera en que entiendan y respondan a sus preguntas. Identifique el dolor y sus desencadenantes claramente con preguntas específicas y no ambiguas como las siguientes:
"¿Siente usted un dolor corto y agudo en los dientes al consumir bebidas o alimentos calientes o fríos? ¿Qué hay de los alimentos dulces? ¿Y al inhalar, cuando el aire pasa por los dientes?"
Hable de cómo la sensibilidad afecta la calidad de vida de las personas afectadas. Tal vez la sensibilidad haga que eviten ciertos alimentos, bebidas o actividades, y el darse cuenta de que esto no tiene por qué ser así les dé el impulso necesario para hablar al respecto. Hágales preguntas como:
¿Hay alimentos o bebidas que usted no pueda consumir por el dolor que le causan?"
"¿El dolor le impide realizar ciertas actividades?"
"¿El dolor le llega a distraer o a molestar?"
Por último, cuando su paciente empiece a hablar sobre sus síntomas de hipersensibilidad de la dentina, refuerce de manera positiva su disposición a hablar al respecto. Una opción es agradecerle por compartir el problema con usted y por permitirle ayudar, en lugar de preguntar por qué no lo mencionó antes. Hablar con su paciente de manera positiva y empática acerca de sus cuidados de salud bucal ayudará a mejorar la confianza y a tirar las barreras en la comunicación, sobre todo en el caso de pacientes con ansiedad y fobia dental.